“Más Jehová está conmigo como poderoso gigante; por tanto, los que me persiguen tropezarán, y no prevalecerán; serán avergonzados en gran manera, porque no prosperarán; tendrán perpetua confusión que jamás será olvidada”.
Jeremías 20:11
Hay una hermosa alabanza de adoración que en una de sus estrofas dice: “Tu peleas por mí, yo lo puedo sentir, Poderoso Gigante a mi lado tu estas”. Y mientras la escuchaba y cantaba esa linda adoración Dios traía a mi corazón el sentir de que cuanta verdad encierra esa estrofa.
Y es que en algunos momentos de la vida nos encontramos peleando solos, nosotros contra el mundo. Y es que a pesar de que somos cristianos y nos consideramos hijos de Dios se nos olvida, por el afán de la vida que las pelas no son nuestras, sino del Señor.
Todos pasamos alguna vez y a veces hasta repetidamente por momentos como esos, en donde las circunstancias de la vida nos han llevado a tratar de pelear en nuestras propias fuerzas, a tratar de salir de eso en lo que nos hemos metido, por nuestros propios medios, olvidándonos del que pelea por nosotros.
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