Mi brillante armadura es,
mis oraciones a Dios.
Mi puntiaguda y filosa espada,
la Santa Palabra de mi Señor.
Mi casco siempre portegerá mi mente,
de malos pensamientos y toda tentación.
Mi mente será como una gran esponga,
llenándose así misma con los pensamientos de Jesús.
No tengo verguenza alguna,
en decirte:
Soy un Guerrero de Cristo
¿Qúien eres tú?
El infierno ha sido derrotado
!Todos alaben al Señor!
Jesús ha gando la victoria
Dí: !Te amo Dios!
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