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jueves, 23 de diciembre de 2010

"Entonces Jehová dijo a Moisés: Sube a mí al monte, y espera". Éxodo 24:12

El Señor le dio a su pueblo la Palabra de Dios para que pudiera conocer su voluntad y obedecerla. Le dio también el diseño del tabernáculo en el Antiguo Testamento para que Él pudiera venir y morar entre ellos. Él no quiso permanecer distante. ¡Al contrario siempre quiere estar cerca tuyo! Dios quiso hacerse accesible y estar al alcance de su pueblo.

Moisés es un hombre que se encontró con Dios. Aprendió que para ello era necesario la disciplina y preparación. Y te digo: Una cosa es saber qué hacer; otra muy diferente es hacerla ¿Cuántos de nosotros tomamos cursos en cuanto a la oración, pero rara vez oramos, o aprendemos las técnicas de la evangelización pero casi nunca compartimos nuestra fe ?

Asi dejamos pasar el tiempo y perdemos oportunidades.
En Éxodo 24:12; 25:1-9, a través de Moisés somos confrontados con algunos recordatorios formidables de la Palabra de Dios. Nosotros como creyentes no necesitamos una nueva técnica creativa, pero sí en ciertos momentos necesitamos un buena sacudida. Necesitamos muchas veces la exhortación del Espíritu Santo, porque debemos reconocer que en muchos momentos somos flojos, lentos y aletargados cuando se trata de subir la montaña y encontrarse durante media hora con el Señor.

A pesar de nuestro pésimo historial y falta de disciplina, Dios desea hacer una obra en nosotros.
En este día deseo que el Señor te haga meditar , para recordarte que podemos llegar a ser hombres y mujeres de Dios más fuertes, con sólo mantener un tiempo de encuentro diario con Él.
A Dios no le importa en lo más mínimo el lugar que escojas, ni la cantidad de tiempo que dediques. Lo único que a Él le interesa es tu vida , tu disciplina diaria y tu corazón. Dios desea estar contigo cada día y desea que tu estés con Él, por medio de su Palabra.

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