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jueves, 21 de octubre de 2010

1 comentario:

  1. Has cambiado mi lamento en baile;
    Desataste mi cilicio,
    y me ceñiste de alegría.
    Por tanto, a ti cantaré,
    gloria mía, y no estaré callado.
    Jehová Dios mío,
    te alabaré para siempre.
    Salmo 20:11-12

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